El tema del matrimonio igualitario es como el tema de la religión: desata polémica, controversia, opiniones encontradas y puede "herir susceptibilidades", como se dice por ahí, pero uno que no se calla nada, que dice y escribe, plasma lo que piensa es el maestro de la salsa Rubén Blades. Esta vez hizo un espacio en su Diario de la Peste para hablar alto y claro de un tema que cada vez que se toca en Panamá desata una algarabía.
"En Panamá, hablar de matrimonio igualitario desata una gritería que, desafortunadamente, no se escucha como protesta contra la corrupción y mediocridad que infecta a nuestras instituciones, a nuestra sociedad. Hemos visto cómo las marchas contra la homosexualidad convocan a más personas que las que acuden a protestar por la ausencia de justicia en casos como el escándalo de Odebrecht, o por la demora de juicios contra funcionarios públicos acusados de sobornos, cohechos o lesiones al tesoro nacional", explicó Blades.
Considera que la posición de negar el "matrimonio igualitario" es completamente desfasada. Negar esa posibilidad vulnera los derechos civiles de aquellos que desean formalizar su relación sentimental para ejercer facultades que poseen como ciudadanos y como personas. Este no es un tema de moral personal o pública. "Es sobre el derecho legal que todo ciudadano tiene, de verse protegido por la Constitución y a no ser considerado como de 'segunda clase', independientemente de su sexo, religión, edad, preferencia política o musical", dijo.
Recordó que Panamá está ubicada geográficamente entre Costa Rica y Colombia, naciones que han incorporado a sus respectivas legislaciones la figura jurídica del "matrimonio igualitario". No son las únicas en Latinoamérica. México, que ha sido incluso "caricaturizado" por el exagerado énfasis en su proyección de masculinidad, también reconoce la validez legal de la figura del "matrimonio igualitario". "Estados Unidos, modelo económico y de organización social para muchas de las personas que en Panamá se oponen al reconocimiento, proclamó el 26 de Junio del 2015, a través de un fallo de su Corte Suprema, que la Enmienda 14 de su Constitución reconoce el derecho al "matrimonio igualitario" y ordenó su aplicación en todos los estados de la unión americana. En mi opinión, no se trata de legislar sobre el amor entre adultos, sino del argumento a favor de la normalización y aplicación de consecuencias legales, desde la posibilidad de testar, hasta la de eliminar la existencia de discrímines que resultan perjudiciales a los intereses sociales y humanos de las personas", resaltó el panameño.
¿Por qué negarlo?
Para él, uno de los argumentos para negar el "matrimonio igualitario", esgrimido como una mantra por muchos, es afirmar que Dios ordenó el matrimonio para multiplicar la especie y que personas del mismo sexo, al carecer de tal posibilidad, resultan una aberración divina y por lo tanto esas uniones no pueden ser permitidas. "Cuando les pregunto si creen que a personas de distintos sexos, con más de 60 años de edad, se les debe prohibir el matrimonio porque ya no pueden procrear, no encuentran cómo responder coherentemente", explicó.
Está clarito de que no todo el mundo cree en un mismo Dios, y eso también está protegido por la Constitución, el derecho a practicar la fe en la deidad que quiera. La controversia surge de prejuicios morales y religiosos y de ignorancias que, paradójicamente, se consideran superiores a todo lo que les rodea. "La otra parte de la discusión parece enfocarse en la palabra "matrimonio". Unos insisten que solo debe aplicarse a la ceremonia entre personas de distinto sexo y otros exigen que también sea utilizada para uniones entre personas de un mismo sexo. Mi posición es que como asunto legal y no moral, la palabra matrimonio debe ser utilizada para describir todo tipo de unión civil consensuada entre adultos y así evitar distinciones que puedan conducir a discrímines sociales", dijo.
Cree que el "matrimonio igualitario" está protegido por nuestra Constitución y por lo tanto debe permitirse su existencia legal en la República de Panamá. "Y si a usted no le parece bien, entonces, no vaya a la boda, aunque probablemente tampoco sería invitado por su hostilidad al asunto. Cada cual mantendrá su opinión sobre el tema y ese es otro derecho constitucionalmente protegido, pero no odiemos por odiar; eso no cuenta con la protección de la ley, mucho menos la de Jesús", reiteró.
Por último detalló que no le extrañaría que ahora, los que en Panamá nunca publican ni comentan lo que escribe, reproduzcan esta opinión, no necesariamente para adversarlo, sino para lucrar con el escándalo que, en estos tiempos de estupideces y racismos, produce cualquier argumento racional que intente hacer pensar a la inconsciencia. ¡Mira tú!
Rubén Blades está de acuerdo con el matrimonio igualitario en Panamá y le envía un mensaje a los que forman polémica por este tema. 'No odiemos...'.